Receta: Cómo preparar la Fanesca Dulce (Paso a Paso)

Ingredientes (Para 8–10 porciones):

• 1 sambo (zapallo blanco) mediano

• 1 zapallo (calabaza) mediano

• 1 litro de leche

• 1 taza de maní molido

• 2 tazas de azúcar (ajustar al gusto)

• 1 rama de canela

• 1 taza de pasas

• 1 taza de queso fresco desmenuzado

• 1 taza de maíz tierno

• 1 cucharadita de esencia de vainilla

• Clavos de olor (opcional)

• Coco rallado (opcional)

Preparación Paso a Paso

1. Preparar las bases

• Pela el sambo y el zapallo.

• Retira las semillas y córtalos en cubos.

• Cocina ambos en agua hasta que estén muy suaves.

2. Procesar las pulpas

• Cuando estén blandos, retira el agua y tritura las pulpas hasta obtener una consistencia cremosa.

• Si deseas una textura más rústica, deja algunos trozos enteros.

3. Cocinar la mezcla dulce

• En una olla grande coloca: la pulpa triturada, la leche, la rama de canela y el maní molido.

• Cocina a fuego medio, revolviendo constantemente para evitar que se pegue.

4. Añadir el dulce y los toques especiales

• Agrega el azúcar poco a poco.

• Añade el maíz tierno, las pasas y la vainilla.

• Deja hervir lentamente hasta lograr una textura espesa y brillante.

5. Finalizar el postre

• Retira la canela.

• Incorpora el queso fresco desmenuzado justo al apagar el fuego.

• Si lo deseas, agrega coco rallado encima antes de servir.

6. Servir

• Puedes disfrutarlo caliente o frío.

• Tradicionalmente se sirve en platos hondos, decorado con queso o pasas.

Historia y Origen de la Fanesca Dulce

Aunque la fanesca salada es reconocida mundialmente como un plato emblemático ecuatoriano, la fanesca dulce tiene raíces igualmente profundas. Este postre se originó en las comunidades indígenas de la Sierra ecuatoriana, donde el sambo, el zapallo y el maíz eran ingredientes sagrados relacionados con la fertilidad y la buena cosecha.

Durante el periodo colonial, las comunidades fusionaron las tradiciones indígenas con rituales cristianos, dando lugar a un plato dulce preparado especialmente para Semana Santa. El uso del maní, introducido desde culturas ancestrales, y la leche, de influencia europea, crearon una fusión cultural que se mantuvo a lo largo de generaciones.

En muchas familias, este postre se prepara como acto comunitario, con cada miembro cumpliendo una tarea diferente. Su elaboración representa unión, memoria y espiritualidad.

Importancia Cultural en Ecuador

La fanesca dulce es más que un postre:

• Es un ritual familiar: se prepara de manera colectiva, con recetas transmitidas de abuelos a nietos.

• Es un símbolo religioso: tradicional en Semana Santa, representa renovación y agradecimiento por la cosecha.

• Es un patrimonio gastronómico: muchas zonas rurales lo conservan como tradición central de su identidad.

• Une regiones y generaciones: cada ciudad y cada familia tiene su variación especial.

En mercados tradicionales de Quito, Cuenca, Ambato o Loja es frecuente ver este postre exhibido en grandes ollas durante las festividades.

Variaciones de la Fanesca Dulce

Aunque la preparación básica es similar, existen interesantes variaciones según la región:

1. Con Coco y Canela Extra

Más común en la Costa, donde el coco rallado se mezcla directamente en la preparación.

2. Con Trozos Grandes de Queso

En la Sierra se acostumbra a poner cubos grandes de queso que se derriten parcialmente.

3. Con Harina de Maíz o Avena

Algunas familias espesan la mezcla con harina de maíz o avena para darle más cuerpo.

4. Fanesca Dulce Negra

En ciertas comunidades se carameliza azúcar hasta lograr un color oscuro, dando un sabor más tostado.

5. Sin Pasas

Para quienes prefieren una textura más cremosa sin frutas deshidratadas.

Conclusión: Un Tesoro Dulce que Conserva el Alma del Ecuador

La fanesca dulce es un ejemplo perfecto de cómo la gastronomía puede narrar la historia de un país. Cada cucharada combina elementos indígenas, ingredientes del campo ecuatoriano y tradiciones religiosas que se han mantenido vivas durante siglos.

Este postre no solo deleita el paladar, sino que une familias, conecta generaciones y simboliza la riqueza cultural del Ecuador. Prepararlo es revivir una tradición; disfrutarlo es saborear el alma de un pueblo.